VISITA A ARCOS DE LA FRONTERA (CÁDIZ)

Al principio al salir de casa, pensábamos en ir a Setenil de las Bodegas, pero el trayecto nos hizo cambiar de opinión, debido a que nos equivocamos en el camino y llegamos a los Arcos de la Frontera.
Este pueblo está situado en la Sierra de Cádiz y es uno de los pueblos más visitado de ésta comarca.
Llegamos alrededor de las 12:30. Aparcamos cerca del centro.
Mientras nos adentrábamos en el pueblo me fui fijando minuciosamente de cada detalle.
Las casas eran blancas y sus calles eran  estrechas o anchas. El suelo estaba construido de piedras que resbalaban y al bajar las calles con pendiente había que tener cuidado.
Anduvimos cuesta arriba hasta llegar al mirador. Estaba situado al lado de la Iglesia  Santa María. Nos asomamos al mirador para ver las vistas y echar algunas fotos. Allí arriba hacía mucho viento. Me costó asomarme por el vértigo que tenía, pero di un paso y pude fijar mi vista hacia el espléndido paisaje. Allí mismo estaba unos pájaros con sus domadores. Había dos águilas y varios búhos.
 Continuamos la visita por el pueblo. En uno de los laterales  de las calles en la fachada de las casas tenían  colgadas macetas con flores rojas. Algunas calles tenían un arco, incluso doble.
Sobre las 14:00 fuimos a almorzar. Nos quedaba todavía un día largo allí.
Una vez terminamos de comer fuimos al parque. Desde mi punto de vista aquel parque estaba muy abandonado y descuidado. Era una pena porque era muy amplio y rodeado de naturaleza. Caminando llegamos a una zona que nos cubría la sombra de los árboles, desde  donde se  veía  el pueblo que quedaba en lo alto de un monte. 


Volvimos a subir al centro y esta vez pudimos entrar en la Basílica de Santa María de la Asunción. Era amplia y espaciosa. Y su  estilo arquitectónico era el gótico y el barroco. Se construyó entre el Siglo XV y XVI. 
Basílica de Santa María.

Cuando bajábamos coincidimos con una procesión y decidimos quedarnos y verla.
El primer paso que salió fue el Cristo Crucificado que iba llevado por hombres. Delante desfilaban hombres disfrazados de la guardia pretoriana, todo un espectáculo.
El segundo paso era un ángel y el tercer paso era la virgen, que iban llevado por mujeres. Los pasos eran pequeños, pasitos que no estaba acostumbrada a ver.
Pasos
No está nada mal cambiar un poco de ambiente y  salir a ver, visitar  y descubrir cosas nuevas. A si transcurrió  mí jueves santo distinto a otros años.







Compartir:

2 comentarios:

  1. Bueno, ya te echaba de menos. Y vaya vuelta que has tenido. El post genial y la visita ya veo que te cundió. Muy bien.

    ResponderEliminar
  2. Muchas gracias Guillermo. He estado varias semanas sin escribir, dentro de unos días publicare una nueva entrada. Un saludo maestro.

    ResponderEliminar